Una mañana un ingeniero que había sido despedido de una obra por un malhumorado y testarudo project manager, llama a la empresa en donde trabajaba y pidió hablar con el project manager respecto a un proyecto en particular
La recepcionista con voz de lamento le respondió
“Lo siento señor, pero el project manager falleció recientemente agonizando y sufriendo en el lugar de la obra”
Al oír esto el ingeniero expresó sus condolencias y colgó
Alrededor de una hora después el mismo ingeniero volvió a llamar y pidió hablar con el mismo project manager respecto al mismo proyecto
Nuevamente, la recepcionista quien no le reconoció la voz le dio las malas noticias al ingeniero
“Lo siento señor, pero el project manager falleció recientemente agonizando y sufriendo en el lugar de la obra”
Al igual que la vez anterior el ingeniero dio el pésame y colgó
Esta misma acción de llamar y preguntar por el fallecido la repitió el ingeniero durante cada hora todo un día, hasta que al final, la recepcionista obviamente molesta ya reconoce la voz del contratista, con lo cual le dijo:
Señor, ¿por qué sigue llamando aún cuando sabe que mi respuesta va a ser la misma de las veces anteriores, que el project manager falleció recientemente agonizando y sufriendo en el lugar de la obra?.
A lo que el contratista casi sin aliento por tantas risas responde
¡Porque me encanta escuchar eso!
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